En 1674 Carnero realizó las pinturas de un retablo que realizaba el ensamblador Manuel de Velasco en el colegio de San Pedro y San Pablo, estas obras son tempranas en su producción y a esta etapa pertenecen el Sueño de San José ubicado actualmente en el Museo Nacional del Virreinato de Tepotzotlán, los retratos de Palafox (perdido) y del arzobispo de México, Fray Marcos Ramírez de Prado, el cual se conserva en la Catedral Metropolitana, así como una Virgen de Guadalupe guardada en la sacristía de la parroquia de San Agustín Tlaxco, en Tlaxcala. En 1684 Carnero abandonó la Ciudad de México para ubicarse en Puebla donde figura en la lista de los artistas poblanos más relevantes. Entre las obras que realizó en dicha ciudad caben destacar los nueve grandes lienzos que decoran la nave, el crucero y la cabecera de la famosa capilla del Rosario del templo de Santo Domingo.
También conocido como “el pintor de los Azules” por su técnica impoluta en la implementación del color azul en sus pinturas. Echave Ibía realizó su formación artística en el taller paterno, por lo cual es marcada la influencia de su padre. Algunos analizan su obra pictórica como una continuación a la de Echave Orio, sin embargo, “el joven” aportó a sus piezas rasgos personales. Un aspecto interesante de su obra es su labor como paisajista, en el que resalta su extraordinario uso de azules. Sus piezas exponen una conexión entre la tradición manierista y la nueva estética barroca. Algunas de sus obras son El Martirio de San Apropiano, La Porciúncula (Retablo de Tlatelolco) y La Adoración de los Reyes al Divino Infante (Retablo de la iglesia de los jesuitas de México), entre otras.
Padre del célebre pintor José Juárez, alguna de sus obras más conocidas son El arcángel San Miguel luchando contra el demonio, la cual forma parte de la colección de la Pinacoteca Nacional, Los Desposorios de la Virgen albergada en el Figge Art Museum en Iowa y la Imposición de la Casulla a San Ildefonso.
Pintor del Barroco español que vivió en el Virreinato de la Nueva España. Juárez se formó primeramente en el taller de su padre y posteriormente en el de Sebastián López de Arteaga, de donde abrevó el estilo manierista de influencia italiana. Su estilo fue tenebrista, influido por Zurbarán, pero no de manera directa sino a través de la obra de su mentor. Su obra abarca temática religiosa. Quizá sus obras más conocidas son dos que se encuentran en la Pinacoteca Virreinal de la Ciudad de México: La Epifanía o Adoración de los Reyes y el Martirio de los Santos Justo y Pastor; también La Sagrada Familia ubicada en la Academia de Bellas Artes, Puebla.
Pintor novohispano activo entre 1676 y 1716. Su pintura abarca temas religiosos así como profanos. Se considera que una de sus mejores obras es la Asunción de la Virgen de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. En Antequera, Málaga, existe una colección situada en el Museo de la Ciudad con obras relacionadas con la Virgen María; también pintó temas guadalupanos en Roma (1669). Correa trabajó intensamente de 1671 a 1716 y alcanzó gran prestigio y fama por la calidad de su dibujo y la dimensión de algunas de sus piezas. Entre las más conocidas: Apocalipsis en la Catedral de México, La conversión de Santa María Magdalena, hoy en la Pinacoteca Virreinal, y Adán y Eva arrojados del Paraíso, este último en el Museo Nacional del Virreinato de Tepotzotlán.
Perteneciente a una familia de prolíficos artistas. Rodríguez Juárez es un pintor con trabajos de características barroca y rococó; su estilo es intermedio entre el tenebrismo y la pintura barroca tardía o rococó. Cultivó el género retratístico destacando su retrato del arzobispo José de Lanciego y el del Virrey Fernando de Alencastre, Duque de Linares. También abarcó la temática religiosa, género en el que destacan los lienzos para el retablo de los reyes en la Catedral Metropolitana de México, dedicados a la adoración de los reyes y a la asunción.
Ubicado como uno de los máximos exponentes de la obra barroca del virreinato. Inició su carrera artística hasta el año de 1740. El tema mariano y más concretamente la Virgen de Guadalupe, ocupa gran parte de su obra. Realizó pinturas para las capillas de la Catedral de la Ciudad de México, entre ellas, la sacristía que alberga en uno de sus muros La Mujer del Apocalipsis. También, fue pintor de cámara del arzobispo Manuel José Rubio y Salinas y fundador en 1753 de la primera academia de pintura de México. Así mismo es autor de multitud de imágenes de santos repartidas por numerosos museos, conventos e iglesias.
